viernes, abril 30, 2010


EL JUDO Y LOS NIÑOS


(BUEN ARTÍCULO DEl JUDO EN LA NUEVA ESPAÑA,-Diario Independiente de Asturias)


Ayer a las 1:27


Con el inicio del curso escolar muchos niños y niñas por primera vez se apuntan para hacer un deporte «en serio» y para ello escogen los colegios, las asociaciones, gimnasios públicos o privados, etcétera. Existe un amplio abanico deportivo para que los niños entrenen al salir de clase.

Una de esas especialidades es el judo, destacado por la Unesco por su alto valor formativo y educacional como uno de los mejores deportes para niños y niñas. Es deporte olímpico y está también directamente ligado a la educación escolar y universitaria.


El judo es un deporte de contacto, un arte de defensa de origen japonés. Se practica descalzo y con un traje blanco de chaqueta y pantalón y un cinturón de tela que refleja el grado de conocimientos y habilidades alcanzadas. Desde 1964 es deporte olímpico y existen Campeonatos del Mundo desde 1956 para judokas adultos «profesionales» en categoría masculina y femenina.


Como todas las artes marciales es una disciplina en la que se logran los resultados deportivos a largo tiempo, pero en la que se observan mejoras evidentes, tanto físicas como psíquicas, con sólo unos meses de entrenamiento.


¿Pero es beneficioso para los niños? La respuesta es clara: es una de las actividades más divertidas para los jóvenes y para los niños y las niñas. Es un deporte que educa, pues tiene como máxima «el respeto mutuo».

Cada entrenamiento va justo en esa línea. Los saludos propios de este arte marcial y la educación con la que ha de tratarse en todo momento al maestro y a los compañeros hacen que esta actividad ayude a moldear el carácter del niño en positivo, siendo una gran ayuda para su comportamiento personal, en casa, en la calle, en el colegio, etcétera.


El judo tiene una programación absolutamente reglada para conseguir ampliar la destreza de los niños.

Las llaves son programadas dentro de cada color de cinturón para facilitar el entrenamiento. Pero si algo debemos resaltar en esas edades es, insisto, la nobleza que impera durante los entrenamientos.

En ellos prima la educación y el respeto mutuo.

Además, aspectos como flexibilidad, coordinación, equilibrio, etcétera, junto con la potenciación de algunas cualidades volitivas como la decisión o la autoestima, hacen que tanto los niños excesivamente tímidos como los hiperactivos consigan encontrar el equilibrio adecuado para normalizar su carácter.


Un niño que tres días a la semana acude a unas clases en las que debe saludar al entrar y al salir del tatami, que saluda (una reverencia o inclinación obligatoria en la cultura japonesa) con un máximo de formalidad al iniciar y al terminar las clases y que también debe hacerlo cuando cambia de compañero para realizar sus técnicas, está siguiendo un protocolo de educación que propone respeto al profesor y a los compañeros.

Habrá pocos lugares en los que pueda hacerse habitualmente un ejercicio de educación de forma tan continua.


Con la práctica de todos los deportes existe una mejoría física evidente. Pero las artes marciales tienen un componente extra de contacto y esto ayuda a alejar los excesivos miedos y respetos de algunos para realizar ejercicios tan naturales como dar una voltereta o hacer una caída.

Se les enseña técnicamente cada una de estas cosas y terminan realizándolas sin darse cuenta. Pero no nos olvidemos de esos niños de carácter un poco difícil que también encuentran en el tatami la forma de relajar su personalidad. Este arte marcial es ideal para mejorar aspectos como la timidez excesiva o la hiperactividad de los pequeños.



La propia dinámica de estas clases integra al niño en el grupo mientras se divierte haciendo judo, uno de los más nobles y educativos deportes de la actualidad.